Más sobre burocracia institucional

Leído en el libro «La utopía de las normas» de David Graebner.

«[…]los sistemas burocráticos […] crean siempre una cultura de la complicidad. No es sólo que alguna gente consiga romper las reglas, es que la lealtad a la organización se mide, hasta cierto punto, por la disposición de uno a pretender que esto no está ocurriendo. Y […] todos acabamos haciendo el paripé.» (Graeber, 2005, pag 29)

«[…] uno pensaría que los catedráticos están en una posición ideal para hablar de los absurdos de la vida burocrática. Evidentemente, esto se debe a que ellos son burócratas, y cada vez más. […] pero ellos la tratan como algo añadido, no como aquello para lo que están cualificados, y ciertamente no el trabajo que define quienes son en realidad. Ellos son académicos, gente que investiga, analiza, e interpreta… Se podría pensar que la reacción de un académico sería investigar, analizar e interpretar este fenómeno: ¿cómo es posible que todos gastemos cada vez más y más nuestro tiempo en papeleo? ¿para qué sirve el papeleo? […] sin embargo esto nunca ocurre. Pero cuando los profesores se reúnen en torno a la máquina de […] café rara vez hablan de su “verdadero» trabajo, sino que pasan casi todo el tiempo quejándose de sus responsabilidades adminsitrativas, Pero incluso en esos cada vez más cortos momentos en que se les permite tener pensamientos profundos, eso parece ser lo último en lo que quieren pensar.” (Graeber, 2005, pags 57-58)

 




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