Complejidad y Gestión. Una primera introducción.

La denominada ciencia de la complejidad es uno de los temas que más ha crecido en los últimos años tanto en ciencias sociales como en naturales.

Ha estado creciendo en los intersticios de diferentes disciplinas desafiando las suposiciones y los límites de cada una de ellas.

Un sistema complejo se puede definir (Allen, 2011) como una totalidad hecha de un gran número de partes (o agentes), gobernadas por un conjunto de reglas y de relaciones entre ellas, y que afectan a las reglas y las relaciones de las otras. Las interacciones entre los agentes son general aunque no necesariamente locales y ricas.

La complejidad surge (o emerge) cuando aparecen fenómenos a nivel de sistema que ni son estáticos ni son aleatorios pero que son difíciles de describir detalladamente.

Adoptar una perspectiva de complejidad tiene implicaciones ontológicas, epistemológicas y axiológicas que deben ser tenidas en cuenta tanto por los teóricos como por los prácticos.

Aspectos de complejidad como tal ha aparecido en numerosos reglas y principios a lo largo de los años. Así por ejemplo la “LEy de Variedad Requerida” de Ashby que establece que “sólo la variedad puede controlar la variedad”, o el extendido uso de la denominada “gráfica de Pareto” que no es más que una manera de representar la estructura en forma de Ley de Potencias hacia la que evoluciona cualquier sistema libremente.

Más concretamente en el área de gestión, la caracterización de las organizaciones como sistemas abiertos (Katz and Kahn,1966) o la propia relevancia de la denominada “action research” como el mecanismo con el que se deben analizar las empresas, son indicadores de que tratar a la empresa como un sistema cerrado y determinista puede no ser el modo más adecuado de proceder.

Movimientos como el “people empowerment” o la descentralización de la toma de decisiones son el efecto inmediato de apreciar que el sistema no es cerrado y determinista y por tanto no puede ser controlado como una máquina. Y esta era la intención de los diseñadores de industrias (“The rational factory” Biggs,1996).

 




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