Complejidad creciente en los sistemas de operaciones.

Esta es una reflexión no cerrada sobre un nuevo modo de hablar sobre sistemas de operaciones.

Hace miles de años un hombre y una mujer se repartían el trabajo de una manera bastante controlada para ganarse la vida. Ella cuidaba la casa (cueva) y él se dedicaba al aprovisionamiento externo (caza). Era un reparto más efectivo que el proceso anterior, donde ella lo hacía todo.

Poco a poco, algunos vieron que tenían una cierta ventaja comparativa haciendo cosas concretas y las cambiaban, por otras cosas concretas realizados por otros especializados.

Así el cazador no necesitaba hacerse el mismo el zapato, ni el zapatero tenía que salir a cazar.

El flujo de materiales estaba indisolublemente unido al flujo de información. Me pides un par de zapatos y te los vendo. Pido piel y me la venden, pido clavos y me los venden.

En un momento dado alguien descubre que si separa el proceso de compra del de fabricación puede ganar más dinero comprando y vendiendo pieles que comprando pieles y vendiendo zapatos. Y para eso necesita arbitrar procesos lógicos con los que prever el futuro (demanda de pieles y oscilación de precios). Separar las actividades de aprovisionamiento y fabricación tenía su lógica, pero había que diseñar procesos lógicos (previsión y gestión de stocks).

Alguien decidió seguir separando, y separo la fabricación de la venta… Empezó a fabicar contra stock… Pero hicieron falta más procesos lógicos…

Y luego separamos la fabricación del zapato en componentes, y para reestructurar el sistema hacían más y más procesos lógicos…




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